Buenas reflekteros!
Os dejo aquí el resumen de lo que ha dejado 2022.
Vamos allá. Si venimos de años de 2 años de cambios (marcados principalmente por la pandemia) este año ha sido un año diferente, en mi caso de mucha evolución y viajes. De conocerse mejor, de pensar, sentir, madurar, de parar el balón y de fortalecer la fé que falta hacía.
El año empezó fuerte, con un enero siempre intenso, pasando a un febrero marcado por la invasión de Ucrania. Para entonces yo ya había tenido un primer tortazo de realidad en lo emocional, y aún no me daba cuenta que corriendo como estaba, llegaba a todos los frentes sí, pero malamente. En ese correr constante y agotador, me perdía detalles afectivos importantes. Con todos.
Marzo fue un último intento de salvar con mi novia lo que antes fue y ahora no es y abril, ya con la primavera en flor, el tiempo de romper con el pasado y volver a empezar. Muy despacio. Agarrándome a mi hermano, la familia y la fé como cuerda auxiliar.
Descubrimiento que llegaría más tarde: Cuando en una pareja ambos pelean por sus sueños, es fundamental que Dios nos lleve a ambos de la mano, sino es muy difícil que uno de los 2 o ambos nos distanciemos.
Y llegaron esos meses de no dormir y dé preguntarse por qué. Del dolor más grande que jamás había experimentado.
La noche es más oscura antes del amanecer. Pero incluso de las noches más largas también sale el Sol al alba :). Durante esos meses se volcaron todos los amigos conmigo, cada uno según su cercanía y su capacidad. Mención especial para los del master, Afonso, Raul, Aditya y Sasha, de 10. Tras viajar a Ghana, entregamos y presentamos el TFM.
Y entonces Dios me envió a mi tía Silvia. En junio empecé a ir a San Jorge con ella a rezar los lunes. Sin entender, con cientos de preguntas y con un gran «me la has liado» acusador hacia Él por no haberme ayudado lo suficiente a salvar mi relación.
Le pedí entre sollozos que me ayudara, que solo no podía. Y Dios todo misericordioso se olvidó de mis reproches y me respondió. Primero entré en julio en un pequeño fondo de impacto, mi sueño, de rebote. En septiembre Él me recordó «Javier, tienes que cambiar, sé más humilde», cosa que no me hizo ninguna gracia. Y es que entonces me di cuenta que hasta mi prima Marta sabe más de la vida.
En octubre me dijo «ten paciencia, los planes de Dios son perfectos, pero tienen sus tiempos» que me dejó mucho más tranquilo, pues era algo que creía comprender, aunque ahora veo que todavía no comprendo del todo. Me confesé después de 3 años.
Comprendí que en el camino me ha puesto personas maravillosas, que a veces no he valorado y otras sí. Que a Dios no se le puede exigir, solo pedir y agradecer. Lo que tenga que llegar, con esfuerzo y fé llegará. Tanto el grupo de Effet4 como el «imbatible» RCJ han sido un gran soporte estos meses.
Y me abrió nuevos retos para 2023. Superarse como analista, Covadonga, ¿ser catequista y/o servidor?, la Spartan en Londres, enganchar a mucha gente e ir a la JMJ de Lisboa… entre muchos otros. Toca seguir derrochando vida sin complejos, creer más y como siempre dejarlo todo en el campo.
¡Feliz Año!